El encuentro marcó el inicio del Bolivian Culinary Center (BoCC), un proyecto de la Unifranz que aspira a renovar la forma en que el país concibe y difunde su gastronomía.
12/12/2025 16:51
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Bolivia atraviesa una etapa decisiva en su desarrollo gastronómico. Un encuentro entre representantes del sector culinario y autoridades públicas, plantea la necesidad de consolidar un horizonte común para la cocina del país, sustentado en cuatro pilares: identidad, investigación, innovación y respeto hacia los ingredientes, el territorio y las comunidades que los hacen posibles.
Durante el foro “El Futuro de la Gastronomía Boliviana”, Sumaya Prado, viceministra de Gastronomía, destacó la profundidad de esta visión.
“Sabemos que nuestra cocina nace en las parcelas, se nutre en los saberes ancestrales, crece en la relación respetuosa con la tierra y los productores, y se desarrolla con el talento que existe en cada una de nuestras cocinas. El turismo gastronómico es una oportunidad para el país, el viajero de hoy busca autenticidad y Bolivia puede ofrecer experiencias únicas”, sostuvo Prado.
El encuentro marcó el inicio del Bolivian Culinary Center (BoCC), un proyecto de la Unifranz que aspira a renovar la forma en que el país concibe y difunde su gastronomía.
El director de BoCC, Gabriel Ágreda, destacó la amplitud del proyecto.
“El nacimiento del BoCC es muy importante, es un paso para desarrollar la gastronomía boliviana. Queremos crear un ecosistema integral y ser los articuladores entre todos los actores; conectar la formación, las entidades privadas, públicas y las comunidades, así como organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales. La idea es que bajo los pilares de la formación, la investigación e innovación, la incubadora de negocios, y la promoción turística estratégica generar un impacto en 360 grados”.
Inspirado en modelos culinarios internacionales de prestigio (como el Basque Culinary Center y sobre la base de un estudio de viabilidad realizado por LKS del Grupo Cooperativo Mondragón del País Vasco y Unifranz) el BoCC busca convertirse en plataforma académica y motor de un sistema gastronómico sólido, con una mirada que parte del entorno boliviano y se proyecta hacia el mundo.
Una perspectiva que emerge del territorio
Al respecto, la viceministra Prado remarcó: “El viceministerio tiene como línea vertebral el respeto por cada uno de los eslabones de la cadena productiva en la gastronomía”. A su criterio, la gastronomía nacional va más allá de los sabores y se configura como una herramienta para fortalecer la identidad cultural y promover un desarrollo sostenible.
Esa riqueza se expresa en la amplitud de platos tradicionales —de la kalaphurka al majadito— cuyo valor radica en su historia y su vínculo con las comunidades que mantienen vivas estas preparaciones.
En esa línea, el chef Juan Pablo Gumiel, de Nativa, resaltó el aprendizaje que surge del contacto directo con el territorio. Según explicó, su práctica culinaria parte del acercamiento honesto a los mercados y productores. “Ahí empieza el respeto”, afirmó, insistiendo en que la identidad gastronómica se descubre, no se fabrica.
Investigación: un compromiso urgente
Otro tema central fue la falta de estudios sistemáticos sobre ingredientes, técnicas y tradiciones culinarias que corren riesgo de desaparecer. Kenzo Hirose, jefe de cocina del restaurante Gustu, planteó con claridad sobre el BoCC, que puede convertirse en un espacio clave para documentar y recuperar ese conocimiento en riesgo.
“No solo es cocinar. Es profundizar en lo que existe y encontrar soluciones a problemáticas reales”. Para Kenzo, la documentación y la protección del conocimiento que guardan las comunidades es fundamental, para que los saberes que sostienen la gastronomía boliviana tengan reconocimiento y autoría. Y el BoCC tiene el potencial como un espacio decisivo de estudio y revalorización.
Una cocina que despierta interés global
La proyección internacional también estuvo en debate. Marsia Taha (chef Revelación de América Latina, según el listado The World's 50 Best Restaurants, que elabora la revista británica Restaurant) recordó la transformación del interés extranjero por la gastronomía boliviana durante los últimos años.
“Hoy la gente viene a comer”, señaló. “Antes pasaban dos o tres días en el país; ahora buscan experiencias gastronómicas, desde la calle hasta la vanguardia”.
Sin embargo, advirtió que este crecimiento requiere alianzas amplias, políticas públicas y mecanismos que protejan los productos originarios, principalmente aquellos de las comunidades y que representan el verdadero patrimonio alimentario de Bolivia.
El chef Mauricio López, de Ancestral, reforzó la importancia de esta articulación al destacar el papel de la gastronomía en la creación de una marca país sólida y coherente.
Un porvenir construido entre todos
El foro concluyó con un consenso general: el potencial gastronómico boliviano solo podrá desplegarse plenamente mediante la cooperación entre cocineros, productores, autoridades y académicos. La identidad, la investigación y el respeto se reconocieron como los fundamentos indispensables de ese camino común, mientras que la innovación y la proyección internacional se presentan como motores del avance, y la gastronomía se convierte en un puente directo con la cultura local.
El foro dejó clara una convicción compartida: Bolivia tiene todo para convertirse en un referente gastronómico internacional, siempre que el camino se recorra de manera colectiva.
Autoridades, chefs, productores y académicos coinciden en que el futuro de la gastronomía boliviana no podrá edificarse desde esfuerzos aislados. Como voces autorizadas señalan que ningún actor, por más relevante que sea, puede impulsar por sí solo una transformación real; solo la articulación continua entre quienes cultivan, investigan, enseñan, cocinan y gestionan permitirá consolidar un ecosistema gastronómico sólido, inclusivo y sostenible.
A la vez, todos de acuerdo concluyeron que se requiere identidad para saber de dónde venimos, con investigación para comprender y proyectar lo que somos, y respeto para sostener la relación con el territorio y con quienes trabajan la tierra.
La viceministra Prado resumió ese espíritu colaborativo al afirmar: “Los ingredientes para cocinar el futuro de la gastronomía están sobre la mesa, solo debemos cocinarlos juntos, en equipo, con respeto, identidad, innovación y compromiso”.
Con la puesta en marcha del BOCC de Unifranz se impulsará no solo la profesionalización y el desarrollo del sector, sino también la promoción integral de la gastronomía de Bolivia mediante su cocina.
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