"Me están ahorcando”: las últimas palabras de Estefanía antes de ser hallada muerta en un motel (Video)

Estefanía Fernanda Maturana Alvarado, de tan solo 27 años, fue encontrada sin vida al interior de un motel en Quilicura, en circunstancias que hoy conmocionan a Chile. Amarrada, con signos evidentes de asfixia, y con un grito desesperado aún resonando en el recuerdo de su madre: “Mamá, me está pegando. Ven a buscarme, me están ahorcando”.

El caso, que ha sido catalogado como un presunto femicidio, ocurrió el pasado domingo en el motel “Jardín de Eros”, donde Estefanía ingresó a las 06:50 horas junto a dos mujeres. Horas más tarde, ambas salieron del lugar y regresaron con un hombre.

A las 14:00 horas, una trabajadora del recinto ingresó a la habitación número 18, tras no obtener respuesta. Lo que encontró fue una escena estremecedora, Estefanía, ya sin vida, amarrada con una sábana al pasamanos del jacuzzi.

El llamado de auxilio que no llegó a tiempo

Poco antes de morir, Estefanía logró comunicarse con su madre, Fabiola Alvarado. En una conversación telefónica angustiante, le pidió que la fuera a buscar. “Mamá, ven a buscarme… esta hu... me está pegando”, le dijo con la voz cortada por el miedo. Posteriormente, según la familia, llegó un audio de WhatsApp donde se le escucha decir con desesperación: “Me están intentando ahorcar”.

La madre no alcanzó a llegar. Horas después, recibió la peor noticia, su hija había sido encontrada muerta. Horas antes del crimen, Estefanía compartió un video en redes sociales. En él, se le ve en un automóvil junto a dos mujeres y un hombre, presuntamente camino al motel. Ese registro, donde los rostros son claramente visibles, sería clave para identificar a los involucrados en su muerte.

Según Fabiola Alvarado, la pelea habría comenzado por la difusión de una foto íntima. “Se pusieron a pelear por unas fotos desnudas que subieron de ellas dos”, relató la madre desde el exterior del Servicio Médico Legal. Además, reveló que una de las acompañantes incluso la llamó después de la muerte de su hija, preguntando por ella como si no supiera lo ocurrido. “Amigas, entre comillas”, dijo con evidente dolor.

“Mamá, me está pegando… me están ahorcando”. Palabras que hoy pesan como evidencia, como herida y como clamor de justicia.

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