¡Perros al poder! La historia de Max I, el Golden Retriever que llegó a ser alcalde en Estado Unidos

En el pintoresco pueblo de Idyllwild, ubicado en las montañas del sur de California, la política no se desarrolla como en el resto del país. Puesto que, desde hace más de una década, los residentes han elegido a un Golden Retriever como su alcalde, se trata de Max, que es el tercero de su linaje en ocupar el puesto. 

Todo comenzó en 2012 cuando Max I, el primer perro alcalde, fue elegido por los residentes a través de una votación organizada por la organización sin fines de lucro Idyllwild Animal Rescue Friends.

La iniciativa surgió como una forma divertida de recaudar fondos para el refugio de animales, pero rápidamente se convirtió en una tradición entrañable para el pueblo. Las reglas eran simples: cualquier mascota podía postularse y los residentes podían votar tantas veces como quisieran pagando un dólar por voto. 

Max I, con la ayuda de sus dueños Phyllis Mueller y Glenn Warren, quienes organizaron una exitosa campaña, ganó las elecciones por un amplio margen. Sin embargo, su mandato se vio trágicamente truncado nueve meses después cuando falleció.

Afortunadamente, la dinastía Max no terminó ahí. Su primo, Max II, asumió el cargo y gobernó durante nueve años hasta su muerte en julio de 2022.

Ahora, Max III continúa el legado familiar, llevando alegría y un toque de pelaje a la política local. Sin embargo, ser alcalde no es solo diversión y juegos.

Los Max no reciben ningún salario y los gastos de la oficina son cubiertos por Phyllis y Warren, quienes han llegado a desembolsar hasta $120,000 al año para mantener a su perro en el cargo.

A pesar de los costos, la familia Mueller-Warren y los residentes de Idyllwild están encantados con su peculiar sistema de gobierno. Max III aporta un toque de humor y calidez a la vida del pueblo, y su presencia sirve como un recordatorio del poder del amor y la comunidad.

¿Qué depara el futuro para la dinastía Max? Solo el tiempo lo dirá. Pero una cosa es segura: mientras los residentes de Idyllwild sigan amando a sus perros peludos, la tradición de los alcaldes Golden Retriever seguramente continuará.