Este lunes, productores advirtieron que la escasez del combustible pone en riesgo la siembra de alimentos.
27/11/2023 22:13
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Sectores productivos advierten que la escasez de combustible, especialmente de diésel, afectará a la siembra que está programada para los próximos días. La preocupación se agravó porque este lunes, 27 de noviembre, se volvieron a registrar nuevamente largas filas de vehículos en busca de carburantes en surtidores del país.
Así, el presidente del comité cívico de Montero, Hugo Serrate, expresó su inquietud y advirtió que esta situación podría desencadenar una amenaza para la seguridad alimentaria, ya que la falta de combustible podría afectar la producción de alimentos.
"Se viene la siembra dentro de unos días y es por ello que estamos preocupados porque el combustible no es normal", afirmó Serrate. Destacó que la región del norte integrado, de la cual Montero es parte, aporta casi el 70% de los alimentos para Santa Cruz y Bolivia en su conjunto.
Además, Serrate hizo un llamado urgente para garantizar el suministro de combustible, para asegurar que "todas las familias bolivianas tengan acceso a alimentos sin enfrentar problemas en el futuro".
Precisamente hoy, el presidente Luis Arce admitió que el país depende de la importación de diésel y gasolina; y aseguró que se paga un precio 'descomunal' por la subvención de los hidrocarburos.
“Dependemos de la importación de petróleo, de diésel, de gasolina, que es una parte importante para el desarrollo de todas las demás actividades. Sin diésel no hay agricultura, sin diésel no hay transporte. Por lo tanto, estos elementos son importantes y el precio que estamos pagando ahora es descomunal, producto de la guerra entre Rusia y Ucrania. El que no entienda que hay efectos negativos y positivos en la guerra, y que América Latina y nuestro país está sufriendo un efecto negativo por los precios del petróleo, simplemente ignora cómo se maneja la economía de un país”, afirmó Arce.
Al respecto, el experto en hidrocarburos y energía, Álvaro Ríos, advirtió que esta situación era 'previsible' desde hace una década, atribuyéndola a una política exploratoria fallida que ha llevado al país a convertirse en un importador neto de hidrocarburos.
Ríos destacó que Bolivia enfrenta un "agujero negro energético" que está afectando la producción interna, resultando en una disminución significativa de la extracción de petróleo, condensado y gas natural. Esta situación ha llevado a un aumento en las importaciones de combustible y una disminución en las exportaciones de gas, generando un déficit comercial energético estimado en alrededor de 500 millones de dólares para este año.
Advierte que, de no tomarse medidas urgentes, la situación empeorará, lo que podría resultar en un reajuste de precios y un impacto inflacionario. La crisis energética, según Ríos, demanda una acción inmediata para revertir la dependencia creciente de las importaciones y revitalizar la producción interna de hidrocarburos.
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