Guadalupe Torrez se entregó en cuerpo y alma por Bolivia en los Juegos Olímpicos 2024

Guadalupe Tórrez se encargó de emocionar a todo un país a primeras horas de este viernes, con su sobresaliente desempeño en los 100 metros planos femeninos de los Juegos Olímpicos de París 2024. Aunque no superó su récord personal en la primera ronda, Tórrez dejó todo en la pista y estuvo al frente de gigantes de este deporte con coraje y actitud ante la vista de todo el mundo, terminando en un meritorio octavo lugar con un tiempo de 11 segundos y 68 centésimas.

Tórrez inició su participación olímpica con un desempeño sólido en la ronda preliminar, asegurando su clasificación a la siguiente fase al quedar segunda en su serie con un tiempo de 11.60 segundos. Su arranque fue impresionante, tomando la delantera en los primeros metros y demostrando su velocidad y determinación. Aunque fue superada en la recta final por la atleta de Santo Tomé y Príncipe, Gorete Semedo, Tórrez avanzó con confianza a la primera ronda.

En la carrera decisiva, Tórrez compitió contra las mejores exponentes del atletismo mundial. A pesar de no mejorar su récord nacional de 11.57 segundos, la boliviana dio todo de sí, cruzando la meta en octavo lugar. Su actuación dejó una huella imborrable en los corazones de los aficionados bolivianos, quienes madrugaron para verla en acción y se sintieron orgullosos de su esfuerzo.

La participación de Tórrez en los Juegos Olímpicos de París 2024 es un hito histórico para el atletismo boliviano. Como la segunda atleta en representar al país en esta edición, después de Esteban Núñez del Prado, Tórrez llevó consigo las esperanzas y sueños de Bolivia, uniendo al país en su apoyo. Su desempeño, marcado por velocidad, coraje y espíritu deportivo, resonó entre millones de bolivianos.

Finalmente, otros dos atletas bolivianos también tendrán la oportunidad de competir. La nadadora y abanderada María José Ribera participará en los 50 metros libres el 3 de agosto, y el fondista Héctor Garibay correrá en la maratón masculina el 10 de agosto. Ambos representan la esperanza y el orgullo de Bolivia en estos Juegos Olímpicos.