¿Cómo preservar la memoria a través de la alimentación?

Un reciente estudio de la Universidad de Oxford revela que ciertos nutrientes tienen el poder de frenar el deterioro cognitivo y todo comienza con una alimentación equilibrada. A medida que envejecemos, es normal que la memoria y la capacidad cognitiva disminuyan. Sin embargo, las investigaciones recientes apuntan a que algunos alimentos pueden proteger contra este proceso natural. En particular, el estudio de la Universidad de Oxford destaca el papel de los ácidos grasos omega-3 y las vitaminas del grupo B en la protección del cerebro.

Los resultados de este ensayo mostraron que las personas que tenían niveles altos de omega-3 y recibían suplementos de vitaminas del grupo B presentaban una desaceleración del 40% en la tasa de atrofia cerebral, en comparación con quienes no los recibían. Se trata de un dato impresionante que subraya lo importante que es incluir estos nutrientes en la dieta diaria.

Para Mijail Chambi, docente de Nutrición Clínica en la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, este estudio resalta la relevancia del apoyo terapéutico nutricional para la prevención de enfermedades. Explica que “una nutrición adecuada y equilibrada puede prever hasta un 82% de enfermedades prevenibles”, entre ellas las de tipo cognitivo, relacionadas con la memoria.

Alimentos con omega-3 y vitamina B

Agrega que los ácidos grasos omega-3 son esenciales para la salud, pero el cuerpo humano no los produce, por lo que deben obtenerse a través de los alimentos. Los más conocidos son el DHA (ácido docosahexaenoico) y el EPA (ácido eicosapentaenoico), presentes en pescados como la trucha, el pejerrey, el mauri, el ispi y la variedad que ofrece el lago Titicaca, por ejemplo.

“Los ácidos grasos omega-3, en especial el DHA tienen un efecto directo sobre el córtex prefrontal, mejorando la flexibilidad de las células y favoreciendo las sinapsis neuronales o el intercambio de información entre neuronas. Esto optimiza el intercambio de información en el cerebro, ayudando a mantener sus funciones cognitivas”, señala Chambi.

Por otra parte, las vitaminas del grupo B apoyan las funciones neurológicas, protegiendo al cerebro de procesos de atrofia y ayudando a prevenir el deterioro cognitivo. Se encuentran en alimentos como el pan, arroz, pastas, frutos secos y legumbres, en sí, en los carbohidratos.

“Los alimentos que contienen vitamina B son fundamentales para el sistema nervioso. Esta vitamina se encuentra en productos cotidianos como el pan, las pastas, el arroz. El consumo de ambos nutrientes, omega-3 y vitamina B, puede reducir la degradación de la memoria y prevenir el deterioro cognitivo”, resalta.

Una buena alimentación previene enfermedades

Para el salubrista, el estudio de Oxford es muy interesante porque destaca la importancia del apoyo nutricional, más aún cuando otras investigaciones revelan que una alimentación adecuada puede evitar el 82% de las enfermedades prevenibles, muchas de las cuales se deben a una mala dieta. La investigación pone de relieve el papel de los ácidos grasos omega-3 y las vitaminas del grupo B para evitar la atrofia cerebral y proteger la memoria, lo que pone en evidencia la necesidad de una dieta equilibrada”.

Con los resultados de esta investigación, Chambi recomienda a la población llevar una alimentación equilibrada para prevenir enfermedades y apoyar la terapéutica en caso de que alguien ya esté enfermo. También ayuda acudir a un especialista para determinar las necesidades nutricionales y combinarlo con actividad física, consumo de agua y fibra para lograr una vida más saludable.

“En Bolivia tenemos una amplia variedad de alimentos que nos pueden otorgar la presencia de macro y micronutrientes de forma directa. Una dieta equilibrada consiste en el consumo precisamente de ambos grupos. Es decir que todos los días tenemos que consumir proteínas, carbohidratos, lípidos o grasa, como también se lo conoce, y micronutrientes, entre los cuales encontramos las vitaminas, los oligoelementos y los minerales”, menciona Chambi.

El estudio de Oxford no deja lugar a dudas: lo que comemos puede marcar la diferencia en nuestra memoria y salud mental. Incluir más omega-3 y vitaminas del grupo B en la dieta, como sugiere Chambi, es una excelente forma de proteger el cerebro y frenar el deterioro cognitivo porque, al final, una buena alimentación no solo mantiene fuerte el organismo, sino que también ayuda a mantener la mente ágil y en alerta por más tiempo.