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El payasito Brayan es exculpado del feminicidio de Alexandra Rodríguez

Estuvo casi cuatro años preso por un crimen que no cometió.

25/02/2022 17:01

Cochabamba, Bolivia

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El caso inició en junio de 2018, cuando Alexandra Rodríguez, una animadora de fiestas infantiles, fue asesinada con un disparo en la cabeza, en un espacio público, cerca de su casa.

Las primeras investigaciones revelaron que horas antes vio a su exconcubino, el payaso Erick Brayan, en una casa de los amigos de él, y allí discutieron.

Peritos del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) sometieron al payasito a una prueba de absorción atómica (no es una prueba de guantelete que puede dar falsos positivos, sino de absorción atómica que es científica) y los resultados revelaron que el joven tenía al menos tres componentes de pólvora en el dorso y la palma de sus manos.

Se acusó a Brayan porque dio positivo a la prueba científica de la absorción atómica, y al taxista por complicidad, al haber llevado a Alexandra a su casa y estar en posesión de los objetos robados.

Sin embargo, en el proceso del mismo juicio, salió algo nuevo. El perito que efectuó la triangulación de llamadas, y el análisis de los extractos telefónicos, sostuvo que no hubo comunicación entre Erick Bryan y el taxista Edwin Cáceres Viracochea. Además, reveló que el taxista también tenía en su poder el teléfono celular de Alexandra y que lo habilitó días después del crimen.

Edwin C.V., el taxista que confesó haberle disparado en la cabeza a Alexandra fue hallado culpable del delito de feminicidio por el Tribunal de Sentencia 7 y fue condenado a 30 años de cárcel en El Abra.

Por falta de pruebas suficientes, los jueces absolvieron de culpa al ex concubino de la víctima, el payaso Erick Brayan R.M. y a las otras cinco personas acusadas de complicidad y encubrimiento.

Los padres de Alexandra dijeron que ningún fallo les devolverá a su hija, pero que están conformes, en parte, con el hecho de que los jueces hayan confirmado de que se trató de un feminicidio y que el sentenciado no haya sido condenado por otros delitos menores, como pretendían sus abogados.

“No estamos conformes del todo porque no entendemos qué pasó acá. Hay una prueba científica que halló pólvora en las manos de la ex pareja de mi hija. Los jueces no han explicado qué valor le dieron a esa prueba. Y nos quedan muchas dudas”, declaró el padre de Alexandra.

Edwin Cáceres, durante el juicio, confesó que llevó a Alexandra a su casa y ella le pidió que la ayude a llevar varios equipos que eran de su expareja, entre ellos un televisor, unos parlantes y otros. Asegura que pensó que la payasita le iba a dar parte de esos equipos como pago por la ayuda, pero ella le dijo que no podía darle nada. El taxista se enojó, forcejearon y, según su versión, a él “se le escapó un tiro” que impactó en la cabeza.

Ahora Brayan trata de retomar su vida, de recuperar el tiempo perdido con su pequeña hija, a la cual añoraba día y noche. Su familia fue la única que confió en su inocencia cuando nadie más lo hizo.

“No podía creer lo que estaba pasando, los primeros días gritaba ‘soy inocente’, no la maté, hasta que mi garganta se secaba, pero nadie me escuchaba”, contó como uno de los recuerdos más dolorosos que vivió.

Luego de saber que iba a salir en libertad, decidió cumplir con dos de las tradiciones de la cárcel, que es regalar todas sus cosas (sus trajes deportivos) y botar monedas (50 bolivianos en monedas de Bs 1).

"Me dijeron: 'ya`estás saliendo en libertad. Por fin se hizo justicia, después de tanto tiempo', yo dije que sí, que hay que tener paciencia, tranquilidad y fe. Me fui tranquilo. Ni bien salí por la puerta, respiré profundo y dije: 'por fin estoy afuera' ", contó.

 

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