David Purchase, dueño de una pequeña sandwichería en Inglaterra, convirtió una idea navideña en un desafío extremo que unió a toda una comunidad.
27/12/2025 16:02
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A las 5:55 de la tarde de un viernes en Gloucester, Inglaterra, David Purchase seguía cantando. Llevaba 41 horas y 55 minutos sin parar. Tenía la voz ronca, las piernas temblorosas y los ojos cansados, pero la adrenalina y los aplausos lo mantenían en pie. Minutos después, alcanzó su objetivo: 42 horas consecutivas cantando villancicos, en busca de un récord Guinness.
“Lo sé, estoy loco”, admitió Purchase, de 63 años, entre risas y emoción. “La sensación de hacer algo que nunca había hecho antes fue increíble”.
Purchase es el propietario de On Toast, una pequeña sandwichería ubicada en los muelles de Gloucester, un histórico puerto británico. La música siempre fue parte de su vida: su madre era cantante y él aprendió a cantar desde muy joven.
La idea surgió hace un año, cuando pensaba en organizar un evento navideño que revitalizara la zona y reuniera a la comunidad.
“Pensé en cantar. Luego me pregunté si existía un récord mundial por hacerlo sin parar”, contó.
Descubrió que el récord Guinness para el maratón de canto más largo era de 105 horas, algo inalcanzable para él. Sin embargo, encontró una categoría específica: canto continuo de villancicos, cuyo récord era entonces de 32 horas. Más tarde, un participante en Nigeria lo elevó a 40 horas.
Purchase decidió superarlo.
Se entrenó como si fuera una competencia deportiva. Quien había corrido el Maratón de Londres en 2022, adaptó su preparación al nuevo reto.
“Corría cinco kilómetros diarios para mejorar mi capacidad pulmonar y controlar la respiración. No solo era un reto vocal, también físico”, explicó.
Guinness le impuso reglas estrictas: cinco minutos de descanso por cada hora cantada, con un máximo de 30 segundos entre canción y canción. Los descansos podían acumularse, pero debían usarse para comer, hidratarse o ir al baño.
El evento se realizó en una cervecería local. Purchase comenzó a cantar a la medianoche del 11 de diciembre y no se detuvo hasta las 6 de la tarde del día siguiente. Interpretó clásicos como White Christmas, Winter Wonderland y Once in Royal David’s City, además de temas modernos como All I Want for Christmas Is You de Mariah Carey y Merry Christmas de Ed Sheeran y Elton John.
Seleccionó 38 canciones que tardaba dos horas y media en completar. Cada una fue cantada 18 veces, alcanzando un total de 684 interpretaciones. Aunque conocía muchas letras de memoria, necesitó tenerlas a la vista.
“Cuanto más cansado estaba, más las necesitaba”, confesó.
El desafío fue acompañado por amigos, vecinos y voluntarios que se turnaron como testigos, camarógrafos y asistentes.
Liz Tonkin, amiga de Purchase, permaneció 33 horas en el lugar.
“Fue una verdadera reunión comunitaria. Todos colaboraron y funcionó de maravilla”, dijo.
Ahora, solo resta la validación oficial de Guinness World Records. Pero para David Purchase, el logro ya está consumado: cantó hasta el límite por una idea, por su comunidad y por el espíritu navideño.
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