Una de las mayores preocupaciones es que el armamento robado durante el ataque pueda ser utilizado en otros hechos delictivos.
25/11/2025 7:17
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Un estallido de violencia estremeció al municipio de Patacamaya, La Paz, durante el fin de semana, cuando una turba enardecida, armada con palos, piedras y otros objetos contundentes, atacó e ingresó por la fuerza a la jefatura policial del municipio. El violento amotinamiento dejó seis policías heridos, severos destrozos en la infraestructura y la denuncia del robo de armamento oficial, un hecho que ha encendido todas las alarmas de seguridad en la región.
Según el reporte policial, los manifestantes derribaron puertas, rompieron vidrios y ventanas, destrozaron muebles y arrojaron documentación al piso, mientras los escasos uniformados intentaban repelerlos sin éxito. Las imágenes captadas por cámaras y teléfonos móviles muestran cómo la multitud empuja con fuerza las puertas hasta romperlas e ingresar a las instalaciones completamente fuera de control.
En un principio se manejó la versión de que la turba buscaba liberar a un sujeto que habría sido encontrado horas antes con una menor dentro de un vehículo. Sin embargo, esta hipótesis fue totalmente descartada por las autoridades.
El origen del ataque —según la Policía— estaría vinculado a un operativo reciente contra el contrabando, problemática histórica en Patacamaya y zonas aledañas. Este sector es un punto neurálgico donde confluyen pobladores y comerciantes de municipios de Aroma, Pacajes, Sica Sica, Luribay y Villarroel, convirtiendo la región en un corredor sensible para delitos económicos.
En entrevista con el QNMP, el presidente de la Federación de Juntas Vecinales de Patacamaya, Raúl Sarzuri Honorio, expresó la profunda preocupación de la ciudadanía.
“Estamos alarmados. Si esto le hacen a una jefatura policial, ¿qué puede pasarle a una familia dentro de su hogar? Vivimos en desprotección total”, afirmó.
Sarzuri detalló que Patacamaya, con una población que supera los 40.000 habitantes, cuenta apenas con 10 efectivos policiales por semana, número totalmente insuficiente para atender robos, violencia, delitos comunes y la presión constante del contrabando.
“No hay presencia del Estado. No tenemos policía especializada para atender violencia, ni para patrullar, ni para prevenir delitos. Hace una semana ya hubo robos en varias zonas de Patacamaya, y ahora esto. Estamos expuestos”, reclamó.
Una de las mayores preocupaciones es que el armamento robado durante el ataque pueda ser utilizado en otros hechos delictivos. “Evidentemente estamos en peligro. Los mismos vecinos han reportado presencia de gente foránea, incluso extranjera, asentándose en la zona sin control. Necesitamos presencia policial urgente”, añadió Sarzuri.
Las organizaciones vecinales —FEJUVE, centrales agrarias y control social— exigen al Gobierno central y a la Policía Nacional reforzar de inmediato la seguridad en el municipio, restituir el armamento sustraído y desplegar operativos permanentes para contener el avance del contrabando y los delitos conexos.
“No se puede estigmatizar a Patacamaya como tierra de contrabandistas. La población no es la responsable. Son personas que llegan de municipios cercanos. Por eso necesitamos presencia policial real, constante y efectiva”, sostuvo Sarzuri.
Mientras tanto, las investigaciones continúan. Ya se identificó a seis presuntos responsables del ataque, pero las autoridades aseguran que aún se busca a más involucrados, pues la turba habría actuado de manera organizada.
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