Estas advertencias coinciden con investigaciones que han vinculado los desayunos de alto índice glucémico con un mayor riesgo de trastornos metabólicos, mientras que alimentos ricos en fibra y proteínas se relacionan con un mejor control del azúcar en sangre.
05/12/2025 9:47
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El cirujano y urólogo oncólogo ruso Mark Gadziyan encendió el debate sobre los hábitos matutinos al advertir que dos prácticas muy comunes —el desayuno dulce y el café en ayunas— podrían acelerar el deterioro del páncreas, un órgano que él define como “el órgano de la longevidad”.
Según explicó en su canal de Telegram, muchas personas “creen que envejecen por culpa del corazón o el cerebro, pero el páncreas es el primero en fallar”. A partir de los 40 años, señala, comienzan a aparecer trastornos metabólicos que el paciente no siempre relaciona con la función pancreática, la cual suele deteriorarse de forma silenciosa.
El “desayuno dulce”: el más perjudicial
Para Gadziyan, el desayuno basado en productos azucarados —panecillos, jugos dulces, galletas o yogures con azúcar añadida— representa “el golpe más insidioso” para el páncreas.
Este tipo de alimentos genera picos rápidos de glucosa que obligan al órgano a liberar grandes cantidades de insulina, una presión que, repetida durante años, puede desencadenar resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, obesidad y mayor riesgo cardiovascular.
Estas advertencias coinciden con investigaciones que han vinculado los desayunos de alto índice glucémico con un mayor riesgo de trastornos metabólicos, mientras que alimentos ricos en fibra y proteínas se relacionan con un mejor control del azúcar en sangre.
Café en ayunas: ¿un hábito inofensivo?
El especialista también criticó la costumbre de tomar café sin haber ingerido alimentos, señalando que puede provocar un aumento brusco del cortisol, la principal hormona del estrés.
Aunque esta preocupación ha circulado en artículos de divulgación, revisiones de estudios controlados no han encontrado efectos graves en la mayoría de los adultos sanos, más allá de molestias digestivas o ansiedad en personas sensibles.
Comer “todo el día”: otro riesgo para el páncreas
Gadziyan advirtió además sobre el “picoteo constante”, desde frutos secos hasta galletas o frutas cada dos horas, lo que mantendría al páncreas “trabajando sin descanso”.
Estudios sobre la frecuencia de las comidas han mostrado que añadir aperitivos frecuentes a las tres comidas principales se asocia con mayor riesgo de diabetes tipo 2, aunque parte de ese efecto se relaciona con el exceso de calorías y el aumento de peso.
Un órgano silencioso con señales a las que prestar atención
Las sociedades de endocrinología recuerdan que la diabetes tipo 2 suele desarrollarse sin síntomas evidentes. Entre las señales de alerta más comunes se encuentran la sed excesiva, la fatiga constante, la necesidad frecuente de orinar y la visión borrosa.
El cardiólogo y gastroenterólogo Alexander Ostashkov añadió que la combinación de cefaleas, cansancio persistente y dificultad para respirar puede ser indicio de sangre demasiado espesa, lo que aumentaría el riesgo cardiovascular.
¿Qué desayunos evitar?
De acuerdo con las advertencias de ambos especialistas y con la evidencia científica disponible, los hábitos que conviene moderar son:
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