Emocionado hasta las lágrimas: Repartidor de churros llora de alegría al enterarse que su pedido era para Messi

El reconocido futbolista argentino, Lionel Messi, quien actualmente se encuentra disfrutando de sus vacaciones en Kentucky Club de Campo, un exclusivo barrio privado en Funes, Rosario (Argentina), durante su estancia el astro argentino decidió satisfacer su antojo de churros y, junto a su esposa Antonela Roccuzzo, llamó a una conocida churrería ubicada en la calle Gustavo Cochet para realizar su pedido. Sin embargo, para su sorpresa, no obtuvieron respuesta alguna.

Antonela realizó varias llamadas en un intento por comunicarse con el local y realizar el pedido, pero nadie contestaba del otro lado. Sofía, encargada de la churrería, reveló en una entrevista con TN que, por lo general, ella registra los números de contacto y luego envía un mensaje para confirmar el pedido. En esta ocasión, al percatarse de las llamadas, Sofía se puso en contacto con Antonela, quien solicitó tres docenas de churros para ser enviados al exclusivo barrio privado de Kentucky.

Cuando finalmente el pedido llegó a su destino, tanto el repartidor como los empleados del local no podían creer lo que veían. Era Lionel Messi quien los esperaba en su residencia. Sofía relató emocionada que el repartidor regresó al local visiblemente conmovido, temblando y llorando, compartiendo la increíble experiencia de haber sido atendido por Antonela y recibir el saludo de Leo Messi desde el fondo de la casa. Aunque no pudo tomarse una foto, el repartidor se llevó ese inolvidable recuerdo.

En declaraciones a Info Funes, Sofía expresó su sorpresa al descubrir que el pedido realizado por Antonela y Messi era para ellos. Aunque en otras ocasiones han recibido pedidos de famosos, nunca imaginaron que los churros fueran destinados a la familia del célebre campeón. La encargada del local manifestó que haber brindado sus productos a Messi fue un gran honor para ellos y superó todas sus expectativas.

Además, se reveló una pícara anécdota protagonizada por el pequeño Mateo Messi. Mientras el repartidor entregaba el pedido entre lágrimas, Mateo se acercó curioso y le preguntó en su particular modismo español: “Tío, ¿qué pasa?”. Este gesto inocente y espontáneo del hijo de Lionel Messi arrancó una sonrisa a todos los presentes, dejando un momento entrañable en la memoria del repartidor y los empleados de la churrería.

Sin duda, esta experiencia inesperada dejó una huella imborrable tanto en la famosa churrería como en el repartidor afortunado, quienes tuvieron la oportunidad de servir a la familia del emblemático campeón mundial.