Un insólito testamento: La historia del gato callejero que heredó una fortuna de 13 millones de dólares

Una historia que parece sacada de un cuento de hadas se convirtió en realidad cuando Maria Assunta, una millonaria italiana de 94 años, decidió dejarle su fortuna a su más fiel amigo, llamado Tomassino, un gato callejero que había rescatado años antes.

Cuando la anciana falleció en 2009, su testamento dejó atónitos a sus abogados y a quienes conocían la historia de su vida. Tomassino, que en su juventud vagaba por las calles sin comida ni refugio, pasó a ser uno de los felinos más ricos del mundo, con una suma que alcanzó los 13 millones de dólares.

Maria Assunta, al no tener familiares cercanos al momento de su fallecimiento, tomó una decisión fuera de lo común, dejar toda su fortuna a su gato. En su testamento, especificó que el dinero debía utilizarse para garantizar el bienestar de Tomassino, cubriendo todas sus necesidades y cuidados.

Además, dispuso que el resto de la herencia se donara a organizaciones que trabajaran en beneficio de animales abandonados. La millonaria, a pesar de su avanzada edad, parecía estar completamente lúcida cuando redactó este insólito legado.

Como era de esperarse, la herencia causó gran revuelo, ya que, según las leyes italianas, los animales no pueden heredar directamente. Por lo tanto, Maria nombró a Stefania, su enfermera, como administradora de la fortuna. La mujer, que cuidó a Assunta hasta sus últimos días, se mostró sorprendida al enterarse del monto y la magnitud de la herencia.

El proceso de adopción de Tomassino también fue singular. A pesar de que muchos intentaron adoptarlo, los abogados de Assunta aseguraron que ninguna de las solicitudes fue aceptada, ya que la mujer había establecido que su fiel compañero debía seguir viviendo bajo la supervisión de Stefania. De esta forma, Tomassino continuó su vida de lujo, disfrutando de una fortuna que le permitió vivir como un rey, sin que su bienestar estuviera jamás en riesgo.

La historia de Tomassino no solo se convirtió en una lección sobre el vínculo entre las personas y los animales, sino también en un recordatorio de que, en algunos casos, el amor y la compañía pueden ser más valiosos que cualquier herencia humana.