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"Me enterró la mandíbula en la mejilla": Biólogo cuenta cómo sobrevivió a aterrador ataque de tiburón

El biólogo especuló que la tiburón pudo haberse sentido amenazada, quizá por estar embarazada, lo que detonó su instinto de defensa.

13/11/2025 10:19

"Me enterró la mandíbula en la mejilla": Biólogo cuenta cómo sobrevivió a aterrador ataque de tiburón. Imagen: Milenio.com
Costa Rica

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El reconocido biólogo marino mexicano Mauricio Hoyos Padilla conmocionó a la comunidad científica y en redes sociales al revelar su impactante y solitaria experiencia al ser atacado por un tiburón mientras buceaba. Hoyos, un experto con más de 30 años en el estudio de tiburones, sobrevivió a la mordida de un ejemplar de tiburón galápagos de más de tres metros.

El suceso ocurrió durante la expedición 'Coalición One Ocean Worldwide' en la Isla del Coco, donde Hoyos descendió a 40 metros de profundidad en busca de una hembra de tiburón galápagos en una "estación de limpieza".

El ataque bajo el agua

En una entrevista con la BBC, Hoyos narró el desesperante momento en que el animal reaccionó de forma inesperada. El biólogo especuló que la tiburón pudo haberse sentido amenazada, quizá por estar embarazada, lo que detonó su instinto de defensa.

“Bajé la cabeza y lo que siento es que la mandíbula inferior se me entierra en la mejilla y la parte superior en la cabeza. Ahí estuve, yo me imagino que un segundo, no más, dentro de su boca y simplemente la volvió a abrir”, relató Hoyos.

La mordida, que en un instante pudo ser mortal, afectó su rostro y cabeza, además de dañar gravemente su equipo de buceo.

Una lucha por la supervivencia a 40 metros

El ataque no solo dejó profundas heridas, sino que también cortó la manguera de su equipo de oxígeno y rompió su careta, sumiéndolo en una crisis crítica y en completa soledad.

El experto mantuvo la calma y reaccionó rápidamente. “Cuando me di cuenta que de la manguera no estaba saliendo aire, agarré una que tenemos que llamamos octopus, que es la que usamos para darle aire a otro si alguien lo necesita”, explicó.

Con el regulador de repuesto fallando, Hoyos emprendió el ascenso hacia la superficie, cuidando cada movimiento para no atraer de nuevo al tiburón. “Empecé a nadar hacia arriba, muy coordinado, porque quería evitar movimientos erráticos que fueran a atraer al tiburón”. Al llegar, fue auxiliado por un joven y, tras un aviso inmediato, comenzaron las 34 horas de viaje para recibir atención médica.

Una rápida recuperación

Las heridas en el rostro y la cabeza fueron graves, dejándole un moretón extenso que hizo temer una fractura de mandíbula. Hoyos fue sometido a un lavado quirúrgico y a una posterior reconstrucción facial. Afortunadamente, no sufrió infecciones ni complicaciones, logrando una recuperación sorprendentemente rápida de las heridas cercanas al cerebro.

Para Hoyos, la experiencia no fue un ataque con intención de matar, sino un “comportamiento normal de un animal que se sintió amenazado”. Lejos de albergar miedo o resentimiento, el biólogo lleva la cicatriz en su mejilla —a la que llama cariñosamente “branquias”— como un símbolo de su pasión y compromiso con la conservación de estas "criaturas fascinantes".

De hecho, Mauricio Hoyos Padilla ya tiene programada una nueva expedición a la Isla del Coco en enero de 2026.

 

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