La tierra, que guardó silencio durante décadas, acaba de devolver un nombre, una historia y una pregunta.
08/08/2025 9:00
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La verdad que permaneció enterrada durante más de cuatro décadas salió a la luz en un tranquilo barrio porteño de Argentina. La Justicia confirmó que los restos hallados en el jardín de un chalet en avenida Congreso al 3700, en Coghlan —a pocos metros de la casa donde vivió Gustavo Cerati— pertenecen a Diego Fernández, un adolescente de 16 años desaparecido en 1984.
El hallazgo destapó un misterio que parecía condenado al olvido. Según el fiscal a cargo, el cuerpo estuvo enterrado desde aquel año en la propiedad de la familia Graf, residentes del lugar desde 1970. Un dato clave surgió gracias a un testigo que hoy vive en el exterior: en 1984, Diego y Christian Graf, hijo de la dueña de la casa, eran compañeros de colegio y amigos.
Ese hombre, que también estudiaba con ellos, aseguró que el vínculo entre ambos era estrecho y que Fernández fue visto por última vez en la zona de Coghlan, cerca de la vivienda de los Graf. Este jueves, el testigo declarará de manera virtual, y su testimonio podría aportar los elementos necesarios para imputar a Christian Graf, hoy de 56 años, por homicidio.
Sin embargo, el tiempo juega en contra, después de más de 40 años, la causa podría ser declarada prescripta. Actualmente, la casa está habitada solo por la madre de Graf; él y su hermana se marcharon hace años.
La tierra, que guardó silencio durante décadas, acaba de devolver un nombre, una historia y una pregunta que sigue sin respuesta: ¿qué pasó realmente con Diego Fernández aquella tarde de 1984?
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