La Virgen de Urkupiña conmovió corazones, llegó al hospital Viedma y regresa a Quillacollo

Entre lágrimas, oraciones y cantos, la sagrada imagen de la Virgen de Urkupiña emprendió este miércoles su regreso al municipio de Quillacollo a bordo de la línea Verde del tren metropolitano, partiendo desde la histórica estación antigua. El emotivo traslado se realizó tras una visita que rompió el silencio del Hospital Clínico Viedma después de casi una década.

Luego de 9 años de ausencia, la imagen llegó al nosocomio para compartir un momento de fe con pacientes, familiares y personal médico. En medio de velas encendidas y aplausos, se celebró una misa especial con la presencia de autoridades en salud, donde las plegarias se elevaron pidiendo fortaleza para los enfermos y protección para quienes dedican su vida a cuidarlos.

El personal de salud no ocultó su emoción. “Es una bendición inmensa, sentimos que la Virgen vino a abrazar a cada paciente y a todos nosotros que luchamos día a día por salvar vidas”, expresó entre lágrimas una enfermera, mientras colocaba flores blancas frente a la imagen.

La Virgen permanecerá en el hospital hasta mañana, antes de su retorno definitivo a Quillacollo, marcando un recorrido lleno de espiritualidad que ha dejado huellas profundas en cada rincón que ha tocado. La fe, una vez más, se convirtió en puente de esperanza y consuelo.