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¿Quién sostiene la economía boliviana? Empresarios de Cochabamba alertan: "Estamos al límite, pero seguimos de pie"

Pese al difícil contexto, los empresarios de Cochabamba siguen moviendo la economía.

06/08/2025 7:59

¿Quién sostiene la economía boliviana? Empresarios de Cochabamba alertan: "Estamos al límite, pero seguimos de pie". Foto: FEPC
Cochabamba, Bolivia

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En medio de un panorama económico nacional complicado, marcado por el alto costo de vida, la falta de dólares, la caída de la inversión y el empleo precario, los empresarios de Cochabamba lanzan una advertencia: la economía del país se está sosteniendo gracias al esfuerzo privado, pero ya no se puede aguantar mucho más sin cambios estructurales.

Así lo plantea el Informe Técnico de Coyuntura 2025, presentado por la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC), que ofrece una radiografía clara y preocupante del estado económico de Bolivia en su Bicentenario.

 

Bolivia, en riesgo de una crisis profunda

El informe advierte sobre una posible "estanflación", es decir, una combinación peligrosa de inflación alta con estancamiento económico. Se proyecta que los precios podrían subir entre 25% y 30% a finales de este año, mientras que el crecimiento económico se estancaría en apenas un 1%.

A esto se suma un déficit fiscal que supera el 9% del Producto Interno Bruto (PIB) y una grave escasez de dólares. Las reservas internacionales están por debajo de los USD 3.000 millones, y el dólar paralelo ya duplica al tipo de cambio oficial, generando incertidumbre y especulación.

Pese al difícil contexto, los empresarios de Cochabamba siguen moviendo la economía. Según el informe, el 70% del PIB del departamento es generado por el sector privado, que también se esfuerza por mantener empleos formales en un país donde 8 de cada 10 trabajadores están en la informalidad.

“Cochabamba no puede esperar a que se resuelva la crisis nacional. Debemos actuar desde lo regional para proteger el empleo, estimular la inversión y garantizar estabilidad”, afirmó Juan Pablo Demeure, presidente de la FEPC.

Muchos negocios, pero pocos empleos formales

Aunque hay casi 400 mil empresas registradas en Bolivia, la gran mayoría son micro y pequeñas, con baja productividad. Solo el 20% de los trabajadores tiene empleo formal con beneficios. El desempleo entre jóvenes supera el 35%, lo que refleja una falta de oportunidades reales.

 

Una economía que sigue dependiendo de materias primas

Bolivia sigue apostando por los sectores extractivos, como el gas y la minería, pero la producción de gas cayó a menos de la mitad en los últimos 10 años. La falta de industrialización y la escasa diversificación de mercados hacen que el país sea muy vulnerable a cualquier cambio en los precios internacionales.

Entre enero y mayo de este año, Bolivia importó más de lo que exportó, con un déficit comercial de USD 578 millones. El 40% de las exportaciones son solo minerales.

 

Gasolina importada, subsidios al límite y cambio climático

Otro problema grave, el 48% de la energía que usamos depende del diésel y la gasolina, y gran parte debe ser importada con subsidios cada vez más caros. Este año, los subsidios podrían costar USD 3.000 millones, lo que es tres veces más que hace solo tres años.

Además, el cambio climático está golpeando fuerte a la agricultura y a la provisión de agua, y no hay políticas adecuadas de prevención ni adaptación.

 

Lo que proponen los empresarios

Ante este panorama, la FEPC propone una hoja de ruta para la reconstrucción productiva del país, centrada en tres pilares:

También se sugiere una reforma normativa profunda para incentivar nuevas inversiones y apoyar al sector productivo desde los gobiernos regionales.

Institucionalidad eficiente: simplificar trámites, reformar el sistema tributario y laboral, y mejorar la justicia económica.

Dinamismo empresarial regional: potenciar sectores como agroindustria, turismo, minería no metálica y tecnología.

Estabilidad macroeconómica: controlar la inflación, reducir el déficit fiscal y atraer inversión.

El informe cierra con una convocatoria a construir un nuevo pacto productivo entre el Estado, el sector privado y la cooperación internacional, con reglas claras, apoyo al empleo formal y seguridad jurídica.

“El empresariado cochabambino no está paralizado por el contexto nacional. Estamos generando propuestas viables y exigimos un entorno que incentive la inversión”, dijo Demeure.

En este Bicentenario, los empresarios no están celebrando con fuegos artificiales. Están pidiendo medidas urgentes para evitar que la economía entre en una crisis más profunda. Cochabamba quiere ser parte de la solución, pero necesita ser escuchada.

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