Los familiares de Walter, quien dejó a dos pequeñas en la orfandad, piden la pena máxima para el sujeto que ordenó acabar con la vida de su ser querido.
07/11/2024 9:59
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El 5 de noviembre, Walter Justiniano, de 32 años y chofer de micro, fue asesinado a plena luz del día en el barrio Lucerito, zona de la Villa Primero de Mayo, en Santa Cruz. El hombre fue apuñalado en ocho ocasiones, un brutal ataque que, según su familia, se pudo evitar. La víctima había sido amenazada de muerte apenas cinco días antes, y había denunciado el hostigamiento de su agresor.
Ana Isabel Justiniano, hermana de Walter, relató que el origen del conflicto a una pelea, cuando el ahora detenido agresor fracturó el brazo de su hermano tras un altercado, forzándolo a meses de recuperación. A raíz de la lesión, Walter presentó una denuncia, y, el 30 de octubre, ambos asistieron a una audiencia en la que el acusado intentó falsificar una firma para quedar libre bajo fianza. Fue allí donde el presunto autor de las amenazas prometió vengarse.
“Él tuvo anteriormente una pelea, este muchacho no sé qué bronca le tenía, primero le fracturó el brazo, mi hermano debido a eso tuvo que estar cuatro meses con el brazo fracturado, a raíz de eso mi hermano lo demandó él (agresor) y ese hombre lo amenazó porque el día 30 de octubre tuvieron una audiencia, lo metió preso porque mi hermano tenía días de impedimento, él (agresor) está en Palmasola”, contó Ana Isabel.
“Mi hermano y su esposa vivían bajo amenazas. El agresor le dijo que lo mataría, y ahora él está en un ataúd”, narró Ana Isabel con pesar. Tras el ataque, Walter aún tuvo fuerzas para caminar dos cuadras en busca de ayuda, pero al llegar al hospital no fue atendido de inmediato por falta de identificación, denunció la familia.
Los vecinos capturaron a tres de los presuntos asesinos, entre los que se encontraba un primo del principal agresor. La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) sigue investigando y busca a un cuarto sospechoso que estaría prófugo. La familia clama justicia y pide que se aplique la máxima pena a los responsables.
Por su parte, Dayana Rosado, esposa de Walter, dijo entre lágrimas que los presuntos asesinos son vecinos del barrio. “Presuntamente son sus amigos, pero no creo que sean por la forma en que lo mataron a mi marido”.
Dos niñas quedaron en la orfandad. “Él era el sustento de ellas y de su esposa, porque quedó solita, son dos niñas que han quedado sin padre”, señaló en medio de lágrimas Ana Isabel.
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