¿Pasarías una hora en la habitación más silenciosa del mundo por 5 millones de dólares? Nadie lo ha logrado

Microsoft, el gigante tecnológico, ha creado una experiencia que desafía los límites de la percepción humana: la habitación más silenciosa del mundo. Ubicada en sus instalaciones de Redmond, Washington, esta cámara anecoica ostenta el Récord Guinness con un asombroso nivel de sonido de -20,35 decibelios. Pero más allá de su impresionante ingeniería, esta sala ha dado origen a un intrigante desafío: ¿Quién puede soportar una hora de silencio absoluto por 5 millones de dólares? Hasta la fecha, la respuesta es nadie.

La experiencia en esta cámara es tan extrema que Microsoft ha propuesto este millonario reto, pero a pesar del tentador premio, nadie ha conseguido permanecer sesenta minutos completos dentro de este espacio.

¿Qué hace a esta cámara tan silenciosa?

El diseño de la cámara anecoica es una maravilla de la ingeniería acústica. Sus paredes están completamente cubiertas con paneles de fibra de vidrio en forma de cuña que capturan y absorben el sonido en su totalidad, eliminando cualquier eco o reflejo. Además, la sala está encapsulada por seis capas compuestas de acero y concreto, lo que garantiza un aislamiento absoluto de cualquier ruido exterior, según informa el portal Publimetro.

Dentro de esta cámara, no solo desaparece el ruido externo, sino que también se anula cualquier sonido interno. Los visitantes no escuchan sus propios pasos, ni su respiración, ni siquiera el latido de su corazón. La ausencia total de estímulos auditivos puede ser una experiencia profunda, pero también intensamente desorientadora.

¿Silencio total o tortura psicológica?

La creación de Microsoft no solo es un logro tecnológico, sino que también plantea una fascinante pregunta sobre la psique humana: ¿Cuánto tiempo puede una persona tolerar el silencio absoluto antes de que se convierta en una forma de tortura? La falta de cualquier referencia sonora puede llevar a la mente a percibir sonidos inexistentes o a amplificar las sensaciones internas del cuerpo, lo que convierte el silencio en una experiencia abrumadora para muchos.