Un 17 de julio de 1994, en la primera definición por penales de una Copa del Mundo, el italiano Roberto Baggio envió su tiro por encima del travesaño. Quedó parado en el lugar, mientras Brasil festejaba su cuarto título. ¿Qué es de la vida de Baggio actualmente?
17/07/2024 10:26
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Roberto Baggio era la estrella de Italia en los '90. En el Mundial de Estados Unidos, mermado por una lesión, marcó cinco goles entre octavos, cuartos y semifinales para la Squadra Azurra, y la llevó a la final ante Brasil. (La escena de Baggio contemplando con admiración a Romario y su incomodidad al percatarse de la cámara, es memorable)
Tras el 0 a 0, y tras los penales fallados por Baresi y Massaro, le tocó el turno a Baggio. La mandó a las nubes y se quedó parado en el lugar con las manos en la cintura y la mirada en el césped, en una escena que algunos han denominado 'el hombre que murió de pie'.
Ese fallo significó el cuarto título Mundial para Brasil y para Baggio, una pena con la que tendría que aprender a vivir. "Sigo soñando con ese penal", ha declarado, y ha confesado que ese momento se convirtió en una pesadilla a lo largo de su carrera y su vida.
"He fallado muy pocos penales en mi vida, pero me los pararon los arqueros, no se fueron a las nubes", dice Baggio, en una entrevista para Marca. También dice que no se explica que aquel 17 de julio de 1994 iba lúcido caminando hacia el punto de penal y que iba a patear al medio de la portería, a media altura, para que Taffarel no lo desviara con los pies. "No entiendo cómo el balón se elevó tres metros", lamenta.
Cuatro años antes, frente a Argentina en semifinales en Italia '90, en el mítico partido en Nápoles en que Maradona pidió a los napolitanos apoyar a la albiceleste, Baggio también pateó y aunque Goycochea la desvió el balón acabó en la red. En esa ocasión fallaron Roberto Donadonni y Aldo Serena. Baggio abrazó a Serena, que falló el último pena, sin imaginar que cuatro años después, él sería el blanco de los abrazos de consuelo.
Y en Francia '98, también pateó y anotó de penal ante Chile y en la definición en cuartos de final ante los locales. Anotó, pero también Italia quedó eliminada por penales. Es decir, Baggio estuvo presente en los tres mundiales que Italia terminó eliminada desde los 12 pasos.
¿QUÉ ES DE SU VIDA 30 AÑOS DESPUÉS?
Baggio actualmente tiene 57 años y su cabeza luce totalmente blanqueada por los 30 años que han pasado desde que usaba aquella cola de caballo trenzada que lucía por encima del número 10 en la espalda. En algunas ocasiones participa de partidos amistosos de ex estrellas del fútbol y de partidos solidarios. También brinda entrevistas en las que ineludiblemente, a lo largo de 30 años, le han preguntado qué se siente haber fallado ese penal que significó perder la Copa del Mundo, aunque si lo convertía, a Brasil igual le faltaba un penal que, de convertirlo, también le hubiese dado el título (Lo iba a tirar Bebeto, que dos meses antes había estado en medio de la polémica de por qué no pateó un penal para el Deportivo La Coruña, que fue errado por un compañero suyo y les hizo perder la Liga Española).
Baggio no elude la pregunta, cuenta lo que sufrió, cómo debió superarlo a través de la meditación y su fe en el budismo (se convirtió al budismo años antes de aquel Mundial '94), y en su libro autobiográfico 'Una puerta en el cielo', destaca que "nunca, pero nunca, nadie en Italia me cuestionó por haber fallado el penal, eso quiere decir que entendieron mi dolor". (Spoiler: hay una escena bien lograda en la serie de Baggio en Netflix, que refleja lo que el jugador vivió con la gente)
Roberto Baggio, ha cuestionado también a sus colegas ex futbolistas que son comentaristas deportivos y que critican a los jugadores en el campo, señalando que no entiende algunos cuestionamientos a lo que pasa en la cancha, a pequeños o grandes factores que pueden incidir en el juego más allá de la voluntad, habilidad o predisposición del jugador y que solo ellos lo saben y lo sienten, por lo que no está de acuerdo con las críticas de aquellos que sí lo vivieron.
En 2010, aprovechando su amistad con Pep Guardiola (jugaron juntos en Brescia), pudo conocer a Lionel Messi, por quien se había sentido atraído por su habilidad. "Veo cosas en su juego, que yo tenía", señaló.
Por otra parte, se conoce que tiene un rancho en las afueras de Buenos Aires, del que se enamoró tras visitar Argentina a inicio de los '90, por invitación de sus amigos Gabriel Batistuta y Javier Zanetti. Allí acude dos o tres veces al año y los habitantes del lugar destacan su humildad, al pasearse por las calles, mercados, tiendas, como uno más de ellos, sin negar nunca una foto o un autógrafo.
Así ha vivido Roberto Baggio los últimos 30 años, soñando y hablando con quien quiera que se lo pregunte, sobre el penal fallado más famoso de la historia del fútbol, porque significó un Mundial.
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