Una expedición en el Área Protegida Municipal del Bajo Paraguá, de la provincia Velasco en Santa Cruz, constató la problemática de los pueblos indígenas que denuncian asentamientos, deforestaciones, incendios que amenazan a su territorio, la antesala al Parque Nacional Noel Kempff Mercado.
10/10/2021 8:00
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09/10/2021 16:00
Autor: Juan Carlos Alberti
Doña Hilda Mercado Chuvé, de 76 años, y don Carmelo Frey Algañaraz, de 78, como todos los días se levantaron a las 6 de la mañana para tomar su café antes de iniciar sus actividades diarias. Ellos viven en el corazón del Parque Nacional Noel Kempff Mercado, ubicado en la provincia Velasco, a 700 kilómetros de la Ciudad de Santa Cruz.
Ese domingo la pareja de originarios Guarasugwé, que habitan desde que nacieron en este paraíso, notaron algo extraño en el cielo que habitualmente es azul con un sol radiante. En esta oportunidad, la señora Hilda y don Carmelo se vieron sorprendidos por que jamás habían visto algo semejante: de pronto el ambiente comienza a cambiar, se oscurece el cielo y llueve partículas oscuras, lo que dejó asustada a la pareja. Era una lluvia de cenizas, restos de madera carbonizada, algo raro estaba sucediendo, los Guarasugwé no podían ver ni respirar.
La Lluvia de cenizas
Hilda Mercado relata que el fenómeno duró aproximadamente una hora, mientras su esposo expresó: “miramos al cielo por que sentí algo extraño en el ambiente, creí que de pronto el clima cambió como es natural en la Amazonía, pero la lluvia nunca llegó. Comenzó a sentirse el viento caliente y fue en ese momento cuando cae una lluvia interminable de cenizas oscuras que cubrieron toda nuestra piel, corrimos a refugiarnos”, expresó asustado.
Hilda, atenta a lo que decía su esposo, se la notó un poco más tranquila y con voz firme y segura dijo: “al momento de sentir el aire caliente en el ambiente supe de qué se trataba, pero algo me sucedió, no podía hablar y tranquilizar a mi esposo, supe al instante que se trataba de cenizas por que hace dos años me pasó algo igual. En San Ignacio de Velasco, cuando estaba visitando a mi hija, esa vez era época de los incendios forestales que nos causaron mucho daño, así que me tranquilicé y después hablé con Carmelo explicándole la situación”, señaló.
Reviven los Guarasugwé
Los Guarasugwé son una nación indígena que viven desde tiempos inmemoriales en el corazón del Parque Nacional Noel Kempff Mercado. Son los guardianes del bosque, ellos son 15 familias, la mayoría adultos mayores, y su comunidad se llama Bella Vista, a orillas del río Itenez.
Estuvieron al borde de la extinción, pero gracias a que fueron reconocidos como nación indígena por el Estado boliviano, un buen grupo que había migrado a Brasil, retornó, aunque falta mucho apoyo de las autoridades nacionales.
Sin embargo, se fortalecieron con la creación de otra comunidad llamada Picaflor, ubicada en la zona del Bajo Paraguá. Ahí viven otras 15 familias y están rescatando su cultura con el aprendizaje del idioma Guarasugwé. Los niños pasan clases en una escuelita de madera y la profesora, Amelia Pereira, les enseña el idioma originario. “Para nosotros lo importante es rescatar nuestra cultura y el idioma es la identidad de un pueblo, por eso nuestros niños desde que pisan la escuela aprenden sus raíces”, enfatizó la profesora.
Bella Vista un paraíso
Hilda Mercado y su esposo, Carmelo Frey, recuerdan lo sucedido y la experiencia que vivieron durante una hora al momento de tomar su cafecito como es costumbre todos los días. Ellos viven en una casita de madera cerca del río Itenez, los acompañan su hijo y su esposa junto a sus dos nietos menores.
La señora Hilda, preocupada, le comenta a su esposo que la lluvia de cenizas era porque estaban quemando el bosque, tal como sucedió en 2019, cuando ella estaba en San Ignacio de Velasco, pero que en esta oportunidad fue diferente, el ambiente era demasiado caliente pese a que eran las 6 de la mañana. En ese momento, su hijo Luis Alberto interviene y dice asombrado: “mamá, hace 15 días fui a Picaflor a dejar unos medicamentos a la cacique, y vi una gran cantidad de maquinarias pesadas desmontando en un área que es reserva municipal del Bajo Paraguá, donde nadie puede meterse”, sostuvo.
Fue en ese momento cuando todo comienza a tener sentido. Al momento de ingresar hacia el camino de tierra, rumbo a la comunidad indígena de Bella Vista, donde habita la nación Guarasugwé -recorriendo unos 200 kilómetros en el Bajo Paraguá-, el equipo de Red Uno observó maquinaria pesada parqueadas en precarias casas de madera a la orilla del camino. Mientras más se adentra al bosque húmedo chiquitano, se pueden observar más zonas deforestadas y, lo peor de todo, madera en troncas que salían en camiones.
Incendio en el Bajo Paraguá
A la mañana siguiente, en nuestro segundo día de viaje rumbo a Bella Vista, a lo lejos visualizamos una humareda espesa que cubría gran parte del bosque. Le dije a Milton, nuestro conductor de la camioneta, que no avance porque podría ser peligroso. Esperamos dos horas pensando que pasaría, sin embargo no fue así. La situación comenzó a ponerse peor, y sentimos una calentura en el ambiente, lo que nos asustó.
Decidimos retroceder unos 10 kilómetros para resguardarnos y fue ahí donde comenzó la lluvia de cenizas que nos estremeció el cuerpo. Eran casi las 12 del mediodía y la nube comenzó a desaparecer de a poco. Iniciamos nuevamente el viaje, recorrimos 40 kilómetros y nos encontramos con unos comunarios de Picaflor y Porvenir, ellos estaban combatiendo un voraz incendio que arrasó con más de 100 hectáreas de bosque virgen.
Ramiro, un indígena chiquitano que había recibido capacitación junto a su cuadrilla de bomberos comunitarios, indicó que el fuego había comenzado en horas de la madrugada, pero ese momento no podían ingresar al monte porque era muy peligroso, así que decidieron combatirlo a tempranas horas de la mañana.
Otro bombero voluntario indicó que era el quinto incendio forestal en la zona en menos de dos semanas, quedando afectadas cerca de 300 hectáreas de bosque virgen, y que no se explicaba cuál era la causa de estos desastres que dañaban la naturaleza y el medio ambiente.
Seguimos nuestro viaje y realizamos una parada en la comunidad indígena Picaflor, donde conversamos con la cacique Guarasugwé, Ignacia Frey Saucedo, quien preocupada nos informó que se habían creado más de 20 nuevas comunidades de inmigrantes del occidente del país, denominados “interculturales”, en el ingreso del Bajo Paraguá, lo que pone en riesgo la integridad del bosque, ya que se dedican principalmente a la agricultura, para lo que deben derribar muchas hectáreas de monte.
El Bajo Paraguá es el ingreso al Parque Nacional Noel Kempff Mercado, donde se conservan intactos miles de especies como ser el jaguar, puma, anta, venado, bufeo, y el lobo de crin o borochi actualmente estudiado por científicos entre otras especies. Este paraíso natural tiene una superficie de 1.523.446 ha. Sin duda alguna constituye un equilibrio para nuestra subsistencia.
“Nosotros, los indígenas, tenemos una relación equilibrada con la naturaleza, nos alimentamos de ella sin dañarla, curamos nuestras enfermedades con sus plantas medicinales y, sobre todo, la protegemos porque es nuestra casa donde viven nuestras familias. Somos los guardianes del bosque y no permitiremos que lo deforesten con los asentamientos”, aseguró Ignacia con lágrimas en los ojos y sus labios temblorosos.
Entrevista
“Los asentamientos tumban bosque para hacer chaco”
Leonardo Tamburini - Investigador y experto en derechos de los pueblos indígenas y medioambiente
¿De qué manera afectan al bosque los asentamientos ilegales en el Bajo Paraguá?
Afectan porque la reserva tiene solamente vocación forestal y los asentamientos tumban bosque para hacer chacos y así sembrar cultivos que no son propios de la zona.
¿La deforestación pone en riesgo a los pueblos indígenas en el Bajo Paraguá?
Depende dónde se provoque la deforestación. La reserva tiene más de 1 millón de hectáreas. Si la deforestación es distante de las comunidades, el impacto es mínimo, aumenta en tanto sea más cercana.
¿Se conoce la causa de los incendios forestales en el Bajo Paraguá?
Entiendo que resoluciones de asentamientos que entregó el INRA y la intención de materializarlas con chequeos y quemas es la causa, aunque fueron ya todas anuladas. Queda proceder a los desalojos.
¿Incendios y asentamientos ponen en riesgo al Parque Nacional Noel Kempff Mercado?
No solo los incendios y los asentamientos, también los grandísimos desmontes de propiedades privadas de las que nadie habla. Los desmontes y las quemas de cordones es la principal causa de los incendios en Velasco y Ángel Sandoval. Todas estas actividades afectan la estabilidad ambiental del Noel Kempff, ciertamente.
¿Cómo evitar los asentamientos e incendios en el Bajo Paraguá?
Se debe paralizar el proceso de distribución de tierras y someterlo a una revisión. Entiendo que el INRA está en ello. La práctica de los incendios es más una práctica que no se erradica solo prohibiendo, se debe impulsar una política de cambio en las técnicas de eliminación y/o limpieza de potreros, con acceso a tecnología.
Incendios forestales y desmontes por asentamientos ponen en riesgo la flora y fauna del área protegida municipal del Bajo Paraguá que es el principal ingreso próximo al Parque Nacional Noel Kempff Mercado, declarado por la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad en el año 2000, donde habitan 1.325 especies de vertebrados y 3.541 variedades botánicas registradas, una de las áreas protegidas más grandes y mejor conservadas de Bolivia donde se realizan diferentes investigaciones sobre el descubrimiento y comportamiento de especies que aportan a la ciencia además que es el hogar de los Guarasugwé.
Cabe mencionar que no solo el medio ambiente corre riesgo, así también las comunidades indígenas, aquellas que tienen una relación de hermandad y cuidados con la naturaleza.
Entrevista
“Ya no llueve como llovía antes y los ríos se están secando”
Maida Peña, presidenta de Comité de Gestión del Área Protegida del Bajo Paraguá
¿De qué manera afectan los asentamientos a las comunidades indígenas del Bajo Paraguá?
A través de los asentamientos ilegales vienen las quemas y la deforestación, lo que amenaza la vida de todos nosotros, ya que somos parte del bosque seco chiquitano. Ya no llueve como llovía antes y los ríos se están secando.
¿Cuánto tiempo habitan las comunidades indígenas en la zona del Bajo Paraguá?
La comunidad más nueva en la zona del Bajo Paraguá cumplió 115 años de existencia, somos gente que hemos vivido toda una vida aquí, estos asentamientos y quemas amenazan a los guardianes del bosque que somos nosotros.
¿Han tenido respuesta por parte de las autoridades por el tema de asentamientos e incendios?
El INRA negó posesión de tierra a 59 comunidades de interculturales, sin embargo, la ABT no ha sancionado aquellas personas que han causado este daño Ambiental, es esa nuestra preocupación, estos bosques no son para asentamientos humanos. Nuestros padres y abuelos nos dejaron estos territorios y lo vamos a proteger para dejar un legado a nuestras futuras generaciones.
“Avanzan y sin piedad van desmontando”
Tras conocer los datos proporcionados por la Cacique mayor de la comunidad indígena Piso Firme, continuamos viaje por esos caminos inhóspitos, pero al mismo tiempo contemplando la hermosa naturaleza y el paisaje que nos ofrecía el Bajo Paraguá.
Luego de haber recorrido más de 600 kilómetros desde la ciudad de Santa Cruz finalmente llegamos a la comunidad indígena Piso Firme “La Puerta del Paraíso”, que es el ingreso al Parque Nacional Noel Kempff Mercado. Ahí visitamos a la señora Hortensia Gómez, cacique mayor de este hermoso lugar.
En su casa compartimos un delicioso almuerzo, un rico pacú frito con yuca, la especialidad de la casa. Ella, bastante preocupada, nos indicaba que “la gente sigue chaqueando, sigue tumbando y hasta el momento nadie dice nada y cada día queman más nuestros bosques, chaquean de noche, avanzan y sin piedad van desmontando. Nosotros sabemos que ellos tienen tierras en otros lugares”, resaltó en tono molesto la cacique.
Documento de desalojo y movilización indígena
El INRA, a través de un documento en el mes de agosto, dio a conocer una resolución donde concluye que, al tratarse de tierras fiscales no disponibles, no inició ni iniciará procesos de dotación en la reserva forestal Bajo Paraguá, toda vez que las mismas se encuentran registradas como “tierra fiscal no disponible”.
Por tal motivo, varias comunidades indígenas que son las directas afectadas, se movilizaron en marchas pacíficas para que las autoridades correspondientes procedan al desalojo de aquellas personas que se encontraban asentadas en la reserva forestal. Estuvieron en vigilia permanente para que se pueda dar cumplimiento a esta resolución del INRA, pero hasta la fecha no se cumplió, denuncia la cacique de Piso Firme Hortensia Gómez. “No es posible que se continúen con los asentamientos pese a que ya existe la orden de desalojo; cada día deforestan entre 10 a 20 hectáreas y continúan avanzando penetrando nuestro bosque y haciendo daño a la naturaleza”, lamentó.
Por su parte, Maida Peña, presidenta del Comité de Gestión del Área Protegida y cacique mayor de la comunidad indígena Porvenir, la tierra del asaí, en tono molesta dijo: “nosotros tenemos las cifras de las hectáreas deforestadas y brechas ilegales que se han desmontado en nuestra reserva. En el mes de agosto son 167 las hectáreas afectadas de las comunidades de Piso Firme, Porvenir, Pica Flor y Florida. Tenemos imágenes satelitales del INRA que confirman la denuncia”, aseveró la cacique.
Ese día pasamos la noche en Piso Firme, y a la mañana siguiente muy temprano nos embarcamos en lancha para navegar el río Paraguá rumbo a la comunidad indígena de Bella Vista, donde habitan los primeros Guarasugwé, únicas personas que conviven en el corazón de la selva del Parque Nacional Noel Kempff Mercado.
“Más de 137 mil hectáreas quemadas en Santa Cruz”
Según reporte publicado en agosto del 2021 en la página oficial de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), sobre las áreas quemadas en Bolivia por incendios forestales, se da cuenta que, en comparación a los años anteriores, la superficie total quemada en bosque en 2021 ha mostrado un incremento de 72% con respecto a 2020 y un incremento de 32% con respecto a 2019.
Algo que preocupa es la afectación directa al bosque. El informe de la FAN indica que 21 mil hectáreas de bosque fueron consumidas por el fuego, generando un daño al medio ambiente, la flora y fauna.
Incendios y asentamientos desangran al Bajo Paraguá
El Área Protegida Municipal del Bajo Paraguá se encuentra ubicada en la provincia Velasco, bajo la administración del municipio de San Ignacio de Velasco del departamento de Santa Cruz. A lo largo de estos años se ha visto muy afectado por los incendios forestales, desmontes y asentamientos. Existe preocupación de las comunidades indígenas que habitan en el Bajo Paraguá como ser, Picaflor, Porvenir, Piso Firme, Florida, Bella Vista, entre otras, que ven amenazado sus territorios por estos factores naturales y humanos.
Según el sistema de monitoreo y alerta temprana de riesgos de incendios forestales sobre la evaluación de áreas quemadas en Bolivia, desde enero a agosto del 2021 en la zona del Bajo Paraguá se quemaron 2.941 hectáreas.
Hogar de los indígenas quemado
Este mismo informe nos arroja una cifra bastante preocupante que afectan directamente a los pueblos indígenas que habitan en el Bajo Paraguá. En este periodo de tiempo se han quemado 1.893 hectáreas penetrando a sus sembradíos y llegando muy cerca a sus hogares, lo que alarmó a los comunarios a pedir ayuda a las autoridades y a recibir capacitaciones como bomberos voluntarios forestales, gracias a organizaciones privadas sin fines de lucro.
Terror el 2050
De continuar los incendios forestales, los desmontes y asentamientos en esta zona, la situación para el futuro es bastante complicada sobre todo para la flora, fauna y comunidades indígenas, Un informe sobre el cambio de uso de suelo y sus efectos actuales y futuros en San Ignacio de Velasco, elaborado por la Fundación Amigos de la Naturaleza en julio del 2019, reveló algo preocupante: “La deforestación anual pasó de 3 mil ha/año a 21 mil ha/año a partir de las políticas y medidas implementadas desde la gestión 2005 en el municipio”, lo que significa que en el año 2050 “la temperatura media anual incrementará en 3,5ºC y la precipitación anual tenderá a reducirse en un -11%”
La cantidad de agua será mucho menor y las temperaturas se elevarán, afectando directamente la vida de las personas, las plantas y animales, y el impacto ambiental originará cambios de los ecosistemas.
Los pueblos indígenas que habitan en el área municipal protegida del Bajo Paraguá tienen una extensión de 362 mil hectáreas, su ubicación es clave para la conservación y protección de los ecosistemas, tomando en cuenta que ellos son los guardianes del bosque, el escudo del emblemático Parque Nacional Noel Kempff Mercado, área importante para la conservación de la biodiversidad y la vida de los indígenas.
Bella Vista, el corazón del Parque Noel Kempff
Luego de 3 días de viaje recorriendo más de 700 kilómetros por tierra y agua desde la ciudad de Santa Cruz, llegamos a la comunidad indígena de Bella Vista, ubicada a orillas del río Itenez, donde viven los indígenas Guarasugwé. Ahí nos encontramos con la pareja de abuelitos conformada por doña Hilda Mercado Chuvé, y don Carmelo Frey Algañaraz, quienes viven preocupados por la experiencia desagradable que vivieron días atrás con la lluvia de cenizas que calentó y oscureció de forma escalofriante todo el ambiente.
Indicaron, con voz entrecortada, que temen por el futuro de sus hijos, nietos y de las generaciones que se vienen, para la conservación de su cultura y existencia, ya que los incendios y asentamientos ponen en peligro su territorio y la de miles de especies que habitan en este majestuoso Parque Nacional Noel Kempff Mercado, que nos brinda el oxígeno que respiramos.
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