El gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, compartió en exclusiva sus sentimientos más profundos hacia su hijo Rafael, a quien vio crecer desde la distancia durante su encarcelamiento en Chonchocoro.
03/09/2025 8:14
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En uno de los momentos más personales de su entrevista en El Mañanero, el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, abrió su corazón para hablar de lo que significó vivir casi mil días en prisión alejado de sus hijos, especialmente de su hijo menor, Rafaelito, a quien vio por primera vez casi dos meses después de su nacimiento.
Con voz serena, pero visiblemente conmovido, Camacho compartió el mensaje que espera dejarle como legado. “Durante el primer tiempo me cansé de pedirle perdón a mis hijos y a mi familia por esos momentos duros que habían pasado”, comenzó diciendo.
Recordó también la fortaleza de su padre, quien, pese a la persecución política que sufrió, le enviaba cartas desde el exterior diciéndole: ‘Usted está en el camino correcto de la historia, no negocie, no se preocupe por mí, yo ya viví mi vida; si me llevan preso, va a valer la pena todo’. Según Camacho, esas palabras le enseñaron que la que estaba viviendo no era en vano si se tiene claro el propósito.
Al referirse directamente a Rafaelito, el gobernador expresó: “Solo espero que en algún momento él recuerde esa imagen en la que jugamos en el piso de la celda. Nunca fui un delincuente, por eso siempre levanté las esposas, porque eran símbolo de libertad y de una lucha”.
Agregó que, aunque muchas veces pidió a Dios verlo crecer, también entendía que su llegada al mundo en medio del encierro tenía un propósito: “Cada uno de mis hijos nació en momentos difíciles, pero Rafaelito ha sido la fortaleza que me hizo seguir adelante”. Finalmente, con la mirada puesta en el futuro, afirmó: “Espero que algún día diga con orgullo: ‘Yo acompañaba a mi padre y él cumplió su palabra hasta salir libre’”.
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