Madre vendió pescado por 12 horas para pagar la universidad de su hijo

Nenita Ronquillo una mujer filipina de 57 años de edad quien  dedico sus últimos 20 años a ocuparse sin descansar.12 horas al día, en lo que de forma sacrificada busca conseguir economía en su puesto de venta de  pescados o como posteriormente, y hasta ahora, también vendiendo carteras y bolsos a través de Facebook

Precisaba acrecentar cuantiosamente sus ganancias mensuales, porque los sueños de la persona que más quiere en el mundo dependía de lo que ella pudiera ayudarle. Y es que además de asegurar el sustento para su hogar, requería lograr que su hijo saliera adelante con sus anhelos.

Cuando nació su hijo, desde un principio entendió los sacrificios que tendría que hacer. El trabajo tanto dentro como fuera del hogar para garantizar sus estudios, su buena alimentación, una vestimenta de calidad y en general, las condiciones más beneficiosas y favorables para su correcto desarrollo.

Sin embargo, cuando supo que su retoño, John Nico Ronquillo, quería convertirse en médico, entendió que los esfuerzos que ya realizaba tenía que multiplicarlos. Pasando a trabajar 12 horas al día en un mercado de pescado en Manila, Filipinas. Extensa jornada laboral por la que ganaba 18 dólares diarios.

Según contó a través de su  cuenta de Facebook para Nenita Ronquillo lo más importante ha sido la educación. Sabe que es una herramienta fundamental para el crecimiento de su hijo y la consecución de las metas que se proponga. Para salir de la pobreza, el mejor camino siempre ha sido tener una buena enseñanza y aprendizaje. Y cuando su hijo le expresó que quería estudiar para ser médico, hizo todo lo que estaba a su alcance para ayudarlo.

Pero él también puso su parte, ya que además de esforzarse mucho en sus estudios, también trabajó duro, demostrando una concentración y determinación que hasta hoy enorgullece a su madre.

Nenita y John siempre han sido muy unidos. Durante mucho tiempo han estado los dos solos, luego de que ella tuviera que dejar a su esposo tras que descubriera que tenía otra pareja y otra familia. Ella ejerció valientemente su papel como madre soltera, preocupándose de que John pudiera salir del círculo de la pobreza en el que vivían.

Y en ocasiones tuvo que ver como su su hijo no podía ir a la escuela que quería porque no tenía dinero para pagarla. Pero todo eso cambió cuando él logró convertirse en un exitoso médico. Todos sus esfuerzos y sacrificios tuvieron su premio cuando John se empezó a trabajar en el sistema sanitario local, enorgulleciendo hoy más aún a su madre, al convertirse en uno de los tantos defensores del país contra el COVID-19.