El gabinete de Rodrigo Paz se presenta como una mezcla de experiencia política, solvencia técnica y nuevas figuras llamadas a encarar una compleja agenda nacional.
16/11/2025 14:32
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El pasado domingo 9 de noviembre, el presidente Rodrigo Paz posesionó a su primer gabinete ministerial, un equipo conformado por 14 nuevas autoridades para 17 carteras de Estado, que marca una ruptura directa con los modelos previos de administración pública. El nuevo gobierno inicia su gestión bajo cuatro consignas centrales: Bolivia en el mundo, capitalismo para todos, adiós al Estado tranca y 50/50 con las regiones. Estas líneas programáticas pretenden instalar una visión moderna, integradora y orientada a resultados, a través de un elenco ministerial que combina trayectoria, técnica y renovación política.
Un gabinete con mirada internacional y enfoque técnico
La designación de Diego Aramayo como nuevo canciller es una de las apuestas más notorias del Ejecutivo. Su formación como economista y su experiencia en relaciones internacionales generan expectativas sobre la agenda exterior del país. El analista económico internacional Rodrigo Burgoa destacó que Aramayo “tiene un perfil técnico economista que adicionalmente tiene mucha relación con la cooperación internacional”, lo que podría abrir nuevas oportunidades de vinculación económica y diplomática para Bolivia.
En la Presidencia, el mando recae en José Luis Lupo, quien asume la coordinación política y administrativa del gobierno. El politólogo Franklin Pareja resaltó que Lupo “tiene que coordinar con todo el proceso político, organizaciones sociales, Asamblea Legislativa, y es una persona con una dilatada experiencia”. Su rol será determinante para mantener cohesión interna y construir consensos en un escenario político marcado por tensiones y desafíos estructurales.
El frente económico y el reto energético
En el eje económico, el presidente Paz conformó un triángulo estratégico:
José Gabriel Espinoza, ministro de Economía.
Fernando Romero, ministro de Planificación.
Mauricio Medinaceli, ministro de Hidrocarburos.
Se trata de tres figuras de alto perfil técnico, encargadas de redefinir el rumbo económico en un momento de presión fiscal y caída de la producción energética.
Pareja subrayó que “el ministerio sensible es el de Hidrocarburos, porque fundamentalmente uno de los problemas es la ausencia de hidrocarburos”. La responsabilidad de Medinaceli, experto reconocido en el área, será afrontar la crisis del gas, replantear el modelo energético y buscar alternativas que permitan recomponer la balanza fiscal del país.
Gobernabilidad y prevención de conflictos
El nombramiento de Marco Antonio Oviedo como ministro de Gobierno también genera expectativas. Su cartera será clave en un contexto donde se anticipan ajustes económicos que podrían generar conflictividad social.
“Otro ministerio que tiene que desactivar bombas es el Ministerio de Gobierno, porque ante las previsibles medidas de ajuste que pueden ser muy impopulares se va a activar la calle, se van a activar las carreteras; y no necesitamos un gobierno represor, necesitamos un gobierno altamente dialogante”, advirtió Pareja. Destacó además que Oviedo “tiene experiencia en el área”, lo que podría facilitar el manejo de crisis y la construcción de puentes con los sectores sociales.
En esta línea, el Ministerio de Justicia quedó a cargo de Freddy Vidovic, mientras que la cartera de Defensa es liderada por Raúl Marcelo Salinas.
Gestión pública, servicios y desarrollo productivo
El gabinete también integra a figuras con tareas específicas en sectores estratégicos:
Mauricio Zamora, Obras Públicas.
Óscar Mario Justiniano, Medio Ambiente y Agua, quien además asume interinamente Desarrollo Productivo.
Marcel Tatiana Flores, Salud.
Edgar Morales Mamani, Trabajo.
Beatriz Elena García, Educación.
Cinthia Yañez, ministra sin cartera encargada del Turismo y la Gastronomía.
Son perfiles técnicos y profesionales que deberán responder a desafíos urgentes: agua, infraestructura, empleo, educación postpandemia y relanzamiento del turismo como motor económico.
Un gabinete tecno-político
El analista Franklin Pareja afirmó que “tenemos un gabinete tecno-político, un gabinete que ya no está influenciado por sindicatos, organizaciones o partidos, sino que ahora obedece a una línea más institucional”. Este cambio marca una ruptura con los modelos de los últimos años, donde la cuota sindical y corporativa predominaba en la definición de cargos.
Coincidiendo con esta visión, el experto internacional Rodrigo Burgoa señaló:
“Estamos dejando 20 años de una repartija sindical en la cual no se prestaba atención a la meritocracia. Es un gran desafío para los ministros que tenemos”.
Entre la experiencia y la renovación: un desafío de gestión
En conjunto, el gabinete de Rodrigo Paz se presenta como una mezcla de experiencia política, solvencia técnica y nuevas figuras llamadas a encarar una compleja agenda nacional. La apuesta del presidente combina institucionalidad, profesionalización del Estado y un giro hacia la tecnocracia, con la expectativa de responder a los problemas económicos, sociales y administrativos más urgentes del país.
Los próximos meses serán determinantes para evaluar si esta combinación de perfiles logrará consolidar estabilidad, impulsar reformas y cumplir las cuatro líneas programáticas que el presidente anunció como pilares de su gestión.
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