En contacto con el programa El Mañanero, Rubén Arias calificó la situación como “muy preocupante” y advirtió que la cifra podría incluso ser peor de lo que reflejan los datos oficiales.
15/10/2025 16:49
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La economía boliviana atraviesa uno de sus momentos más complejos de las últimas décadas. El reciente informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) reveló una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) del 2,40% en el primer semestre de 2025, un dato que genera preocupación entre los analistas y que podría anticipar un escenario de estanflación: recesión económica combinada con inflación.
En contacto con el programa El Mañanero, el economista Rubén Arias calificó la situación como “muy preocupante” y advirtió que la cifra podría incluso ser peor de lo que reflejan los datos oficiales.
“Pensamos que este es un dato insuficiente. La realidad es un poco más dramática de la que se plantea”, sostuvo el analista.
Según Arias, la contracción del 2,4% significa que la economía nacional ha perdido más de 1.104 millones de dólares en solo seis meses. Con un PIB que el año pasado se estimaba en 46 mil millones de dólares, el retroceso implica una pérdida aproximada de 100 dólares por ciudadano, equivalentes a unos 1.300 bolivianos por persona.
El economista advirtió que el panorama podría deteriorarse aún más hacia fin de año. “Es posible que la situación se complique más y que este dato se pueda duplicar hasta diciembre”, señaló, mencionando sectores especialmente afectados como hidrocarburos, minería y comercio, mientras que banca y carnes habrían mostrado ligeros repuntes.
Una combinación peligrosa: inflación y recesión
Arias explicó que el país se encuentra en un proceso de estanflación, una de las condiciones más difíciles de revertir para cualquier economía.
“Estamos en una estanflación. ¿Qué quiere decir estanflación? Para que los ciudadanos lo tengan claro, la estanflación significa que estamos atravesando un momento de recesión económica, de contracción de la economía, pero además tenemos inflación; es decir, un aumento generalizado de los precios mientras el aparato productivo se contrae. Esto va a generar una importante pérdida de empleos. Ese es un dato que también debe considerarse relevante”, contestó.
La estanflación complica la aplicación de políticas públicas: inyectar dinero para estimular la economía puede agravar la inflación, mientras que restringir el gasto puede profundizar la recesión.
Déficit fiscal, el problema estructural
Para Arias, las causas de esta crisis van más allá de los conflictos sociales y bloqueos recientes.
“El problema principal es que Bolivia no ha podido afrontar de manera eficaz el gran problema que tiene: el déficit fiscal”, explicó. Actualmente, este déficit se mantiene entre el 10% y 11%, lo que obliga al Estado a buscar financiamiento externo para cubrir su gasto corriente y obligaciones de deuda.
“Si no corregimos esto, la situación se va a mantener. El manejo administrativo de las cuentas del Estado no ha sido el adecuado, y eso nos ha llevado a este punto”, subrayó.
Perspectivas: una crisis que podría prolongarse
Las proyecciones internacionales tampoco son alentadoras. Según Arias, organismos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional prevén que Bolivia será el único país de la región con decrecimiento durante los próximos tres años.
El analista considera que el nuevo gobierno, que asumirá el 8 de noviembre, tendrá muy poco margen de maniobra para revertir la tendencia antes de fin de año.
Arias concluyó señalando que las verdaderas posibilidades de recuperación podrían comenzar recién en 2026, si se aplican medidas estructurales y se logra estabilizar el aparato productivo.
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